Siempre a la vista, en una estantería de mi estudio, está el libro del profesor Ballester Meteorología o Física del Aire, Madrid, EUDEMA, 1993), una pequeña joya de la bibliografía meteorológica en lengua castellana. No se trata de un manual al uso, sino una obra de autor, que ya en el dilema del título plantea un interesante debate, el relativo al de la Meteorología como campo tecnológico y operativo, con la primera denominación, o como área de conocimiento y disciplina universitaria, con la segunda.
Como lector de este libro, hace casi 15 años, aprecié de inmediato el rigor en sus contenidos y –lo más llamativo- la cultura del autor, patente en un estilo sugerente, en un lenguaje preciso y cuidado, y hasta en las citas que abren las tres partes del libro.
Ya por entonces jubilado, no pensé poder conocerle, pero el profesor Ballester seguía activo, y muy activo.
La oportunidad me llegó con los Congresos de la Asociación Española de Climatología, cuando, por mi condición de Presidente, trabajé, con los diferentes organizadores locales, en su preparación y desarrollo. En el año 2001 en Valencia y en 2002 en Palma el profesor Ballester tuvo una participación activa en el segundo y el tercer congreso, con debates muy interesantes sobre el caos y el calentamiento global. Por su edad y su cautivadora presencia, sus intervenciones se escuchaban con gran respeto, pero con los debates sobre el cambio climático en la capital del Turia las sesiones llegaron a “calentarse” en algún momento. Recuerdo claramente que los argumentos del profesor Ballester, aun reticente a admitir la nueva realidad del cambio climático, ponían un punto de mesura necesario ante la avalancha de noticias y expresiones catastróficas.
En Palma, en octubre de 2002, disfrutamos de la presencia y la cultura del profesor Ballester en los diferentes actos programados, con conversaciones en las que se entrelazaban íntimamente la meteorología, la música –una de sus pasiones- y la historia. La vida del profesor Ballester fue rica, variada y con muchos interesantes matices, al igual que, parangoneando una de sus aportaciones, el subsistema atmosférico, “cuasiintransitivo”, admite varios estados de equilibrio.
Javier Martín Vide
Catedrático de Geografía Física
Universitat de Barcelona
De derecha a izquierda, Agustí Jansà, Carlos Almarza, Jaime Miró-Granada, Miquel Ballester,
Sergio Alonso e hijo, Miquel Grimalt y Javier Martín Vide,
durante una recepción oficial de los participantes en el III Congreso de la
Asociación Española de Climatología, en Palma, en octubre de 2002.
